Desde el área de Ocupación, Aprendizaje y Bienestar y en coordinación con los centros de salud, nace el proyecto ¿Cómo quiero que me trates? un servicio de charlas formativas dirigidas al personal sanitario de los centros de salud que tienen como objetivo informarles y sensibilizarles sobre las dificultades con las que se encuentran las personas con discapacidad cuando acuden a una visita médica.
La diferencia respecto a otras charlas formativas es que, éstas, las imparten los propios interesados, es decir, un grupo de personas con necesidades de apoyo que ponen voz a la realidad con la que se encuentran muchas de estas personas cuando acuden al centro de salud.
En poco más de una hora, las personas explican a los equipos médicos, de un modo dinámico y práctico, situaciones y estrategias que les permitan favorecer la buena comunicación, el buen trato y la adaptación del entorno.
Las primeras de estas charlas se llevaron a cabo en el Centro de Salud de Son Gotleu que, en coordinación con el equipo de Psicología de Esment, fue el centro del que surgió esta iniciativa. En concreto se ofrecieron dos charlas. En la primera, varias personas del servicio ocupacional explicaron a los profesionales del centro actitudes o palabras que, desde el ámbito psicológico, pueden ayudarles a responder mejor a las necesidades de las personas. En este sentido, recordaron, por ejemplo, la necesidad de dirigirse a ellos con la misma naturalidad que como lo harían ante cualquier otra persona, centrar la atención en sus capacidades y no en su discapacidad, hablar claro, dirigirse directamente a la persona y no al acompañante, respetar su intimidad, tener paciencia o respetar sus decisiones, entre otras sugerencias.
La segunda, se centró en la atención a las personas con trastorno del espectro autista (TEA). En ella, dos personas con TEA que actualmente cursan una formación dual hablaron de la necesidad de hablarles con naturalidad, de ser informados antes de aplicar cualquier tratamiento, ofrecerles espacios tranquilos, respetar sus ritmos, entender que no todas las personas con TEA son iguales, prestarles atención telefónica o mostrarles sensibilidad, flexibilidad o empatía durante la visita.