Según diferentes estudios, el arte afecta al sistema nervioso autónomo, al equilibrio hormonal y a los neurotransmisores cerebrales. Genera un cambio en la actitud, en el estado emocional y en la percepción del dolor. El arte ayuda a que una persona pase de un estado de estrés a otro de relajación y creatividad. Cuando las personas están en un proceso creativo, las ondas cerebrales son las mismas que en momentos de rezo o meditación.
Desde el centro de día somos conscientes de la necesidad de expresar las emociones, sentimientos, pasiones… Por esto buscamos nuevas formas de expresión. Con el taller ExpresArte, se da rienda suelta a la creatividad y, de forma indirecta, se trabaja la estimulación sensorial y la psicmotricidad fina.
El arte nos permite expresarnos y conocernos; al darle un lugar en el afuera a nuestras emociones logramos un gran alivio interior. Quien puede crear un objeto puede crearse a sí mismo. El arte supone una forma fácil y cómoda de bucear en nuestro interior, sacar los conflictos al exterior y manejarlos de un modo indirecto, transformándolos de manera creativa, palabras de la especialista en arte-terapia, Pagliuca.