Este mes de octubre nueve personas viajamos a la ciudad de Salamanca. Es una ciudad que está en Castilla y León, un poco lejos, y tardamos unas cinco horas en llegar. Fue el primer vuelo en avión de Emilio, uno de los viajeros, que está encantado con la experiencia. Nada más llegar al hotel nos dijeron que sintiéndolo mucho habian hecho más reservas de las que tocaba y tenian que cambiarnos a otro hotel. Así que nos cambiamos a otro que nos sorprendió porque era mucho más lujoso, y las monitoras tenían un balcón con banderas, estilo autoridades, ducha de hidromasaje en cada habitación y espejos por todas partes.
La ciudad es toda ella muy bonita, tiene muchos monumentos : la casa de las conchas, las catedrales con sus peculiares figuras del astronauta y un perro comiendo uva, la casa de las muertes (dónde nos dimos un susto al ver a una mujer por la ventana) o la universidad, que tiene una rana que algunos vimos. Dicen que el que la ve aprueba los exámenes.
La gente es muy simpática alli, el chofer del bus se portó muy bien y nos indicó la ruta a seguir y la comida excelente, comimos de todo y mucho estos días: ensaladilla, berenjenas, tapas, jamón ibérico…y algunos incluso se atrevieron a comer una tapa de canguro. También visitamos Alba de Tormes, y por suerte, al ser lunes, las entradas al castillo eran gratis y encima con guía, que fue muy amable con nosotros. En este pueblo cerca de Salamanca vimos el sepulcro de Sta teresa de Jesús y un museo dedicado a ella.
Animaos a ir que lo pasaréis muy bien, os va a gustar mucho ya que es una ciudad con mucha cultura y gente. Y como se dice allí: quién va a Salamanca, vuelve.